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Cuando no está implantado en el sujeto se le denomina "externo" y puede ser manual (DEM), automático (DEA) o semiautomático (DESA).
Los DEMs requieren saber manejar sus complejas funciones. A diferencia de ellos, los otros son fáciles de usar: reconocen si la víctima requiere la descarga y en tal caso: los DEAs la aplican sin previo aviso, y los DESAs, en cambio, solicitan que se pulse el "botón de descarga" cuando nadie está tocando a la víctima.
En España (en Europa) sólo se autoriza el uso de DEMs (por personal sanitario entrenado) y DESAs (por no sanitarios entrenados).
Aunque los desfibriladores automáticos no se usan, sí se usa la terminología europea "DEA", que se refiere, en realidad, a aparatos que son semiautomáticos. Debe usarse, pues, el término "DEA" y no "DESA".
El ILCOR aprobó en su día un distintivo universal para señalar el lugar donde está instalado un DEA (imagen).